Casa Orellana, del grupo El Escondite, es otro de los restaurantes que sorprende con exitazo a pesar de que ha abierto en plena pandemia. Está en el espacio donde estuvo durante años Lady Madona, otro de los restaurantes del grupo. Fui a cenar el lunes de la semana pasada y me llamó la atención que estaba lleno. Nada más ver la carta reconoces a Casa Orellana como una casa de comidas moderna. Con este nuevo restaurante el grupo cuenta con cuatro en Madrid: El Escondite de Villanueva, Café Comercial, Casa Orellana y Bárbara Ann.
Decoración
El espacio recuerda mucho al restaurante anterior, aunque han incorporado novedades. Se accede por unas escaleras que llegan a la sala, dividida en una zona central y otras dos a ambos lados de la escalera. Llaman la atención las columnas, todas forradas de espejos, que dan más amplitud al espacio. En las paredes han puesto vitrinas con latas y otros productos para tomar. La mayoría son mesas bajas, aunque al fondo de la sala y frente a la barra, hay dos barras estrechita con manteles individuales para comer en taburetes altos. Nosotros cenamos en una de esas barras porque habíamos reservado en la terraza y al llegar hacía frío. Nos ofrecieron entrar y lo hicimos porque esta zona está separada del resto y te sientes aislada mientras ves todo el movimiento de la sala.
Cocina
La cocina, en manos del chef Guillermo Salazar, es clásica, tradicional, con recetas populares y creaciones del chef que surgen de la fusión de recetas tradicionales con su experiencia culinaria. Muchos de los platos de la carta, casi todos los entrantes, se pueden pedir también en media ración o tapa y las croquetas la sirven por unidad. Una idea estupenda debida a que Casa Orellana es, además de restaurante, una lugar de tapas.
Antes de llegar había leído la carta en casa. Como era lunes después de un fin de semana de excesos culinarios por el cumpleaños de mi hijo, había decidido tomar unas verdura. Elegimos la cazuela de alcachofas con espárragos y guisantes que había pensado. A mi me encantó y a mi amiga le gustó, pero de lo que pedimos lo que menos.
En la carta había incorporado algún plato más que había visto en la web y nos llamaron la atención las setas de temporada con huevo y jamón, deliciosas.
Una vez que habíamos elegido, pedimos al camarero que nos sugiriera algún entrante y nos recomendó las croquetas de rabo de toro, son las croquetas más ricas que he probado en el último año.
También nos apetecía probar los torreznos, tomamos una tapa y nos encantaron. De postre pedimos el cremoso de chocolate con aceite de oliva, muy rico.
Nos encantó todo. El servicio es muy amable. Sin duda, Casa Orellana es un restaurante que hay que conocer.
C/ de Orellana, 6 Teléfono 91 502 41 82 Mapa de situación.
Unos días después fui a hacer fotos. Era el día más frio de este año, así que aunque estoy casi camuflada, me hice esta foto con Giuseppe y Raúl que son encantadores.