El Lince, el segundo restaurante de Javi Estévez, fue nuestra elección para celebrar el cumpleaños de mi hermana que, por una u otra razón, muchos años viene a celebrarlo a Madrid. Reservamos porque me encanta la cocina de este chef madrileño que descubrí en su restaurante La Tasquería, donde cuenta con una estrella Michelín, a pesar de no ser fan absoluta de la casquería, más allá de algunos platos.
Decoración
Se trata de una taberna sencilla, un restaurante de barrio, que cuenta con diferentes espacios no muy grandes: zona de barra, salas y un pequeño reservado. Las paredes son de ladrillo visto y en la primera sala, donde cenamos, destaca un neón con el nombre del restaurante que Estévez ha mantenido de su antecesor, ya que este espacio ha acogido durante 40 años un restaurante con este nombre. No pude fijarme mucho en los detalles de la decoración porque el restaurante estaba completamente lleno cuando llegamos a cenar.
Cocina
La cocina que ofrece Javi Estévez en este restaurantes es tradicional, castiza, con algunos guiños a la casquería; platos de toda la vida con un toque que los hace muy especiales. La carta está pensada para compartir y de muchos platos se puede pedir media ración, que ya sabéis que me encanta, porque así puedo probar más platos. Nosotros pedimos varios platos como entrantes para compartir y, de segundo, cada uno su plato. Para empezar, nos pusieron de aperitivo unos huevos rellenos de carrillera que nos hicieron presagiar que nos iba a encantar la cena, como así fue. Nosotros pedimos palomas de ensaladilla rusa.
Brioche de carrillera con mahonesa picante y duxelle de champiñón.
Croquetas de cecina, deliciosas, incluso para mi que nunca he conseguido encontrarle el atractivo a la cecina; y tortilla de patatas guisada con salsa de callos.
De segundo, tomamos tacos de bacalao rebozados y fritos con mahonesa cítrica; sesitos de cordero rebozados con mahonesa de lima y cebolleta.
Filetes rusos de ternera con salsa de tomate y cebolla crujiente; manitas de cerdo semi deshuesadas con salsa de callos acompañada de ensalada que ayuda a rebajar un poco la contundencia del plato.
De postre, torrija de brioche con helado de limón, que pasa a mi lista de recomendaciones para Semana Santa; flan de queso con regaliz y remolacha, rico y original y fresas al Pedro Ximénez con Mascarpone que yo no habría pedido y fue el postre que más nos sorprendió.
La encargada de sala y de las bebidas es Nagore Arregui. Para beber, además de unas cervezas muy bien tiradas, tomamos tinto Convento Oreja y yo un blanco Godello.
C/ Príncipe de Vergara, 289 Teléfono 91 137 26 58 Mapa de situación.
