Ostinato es el restaurante italiano viajero de Fernando Ruiz, un chef que ya nos llamó la atención hace algunos años cuando abrió su primer restaurante, Pai Pai. Fui entonces a entrevistarlo y me acompañó mi sobrina Mara, así que me apetecía ir a conocer Ostinato con ella. Ha vuelto a casa por Navidad y el día que aterrizó en Madrid fuimos a cenar mi hijo, ella y yo, y nos gustó mucho.
El nombre del restaurante, Ostinato, en música significa el motivo que se repite insistentemente durante una buena parte de una composición musical. En español es obstinado, y esta palabra significa tenaz, persistente. Esta es la razón por la que Fernando ha elegido este nombre, porque él repite una y otra vez el mismo plato hasta conseguir la elaboración que quiere.
Decoración
Ostinato ocupa un espacio grande en dos alturas. Al entrar hay una pequeña sala con una mesa redonda y, a continuación, la barra. Al subir un escalón se encuentra la sala principal. Cuentan también con una terraza en la acera muy agradable. En la decoración se hace un guiño a Italia y el restaurante recuerda a una villa romana. Los suelos son blancos y negros y las paredes imitan a las de los edificios que conservan solo algunas partes de la pared original.
Cocina
La cocina de Ostinato es viajera, sobre todo italiana pero incorporando platos de todo el mundo. Tomamos todo para compartir, empezando por el bogavante asado con ensalada sunomono de pepino, zanahoria y sésamo escabechado, que nos decepcionó mucho; después pedimos arancini relleno de cochinita pibil, mozzarella y salsa all’arrabbiata, recubierto de risotto de boletus y trompetas de la muerte y pistacho, delicioso.
Seguimos con tartar de atún Balfegó encurtido en salsa de ciruelas, un poco de pasta encurtida en trufa con unos puntitos de tapenade, sriracha y sésamo; Katsu sando en pan brioche con carrillera y rabo de toro en una salsita de la propia carrillera y tamarindo, que me llamó la atención porque la carne está sin rebozar.
A continuación, tomamos tiramisú de boletus con setas shimeji salteadas, sobao pasiego y huevo poché por encima recubierto con espuma de parmesano y tomate deshidratado en polvo; tagliata de solomillo -en láminas y sólo sellada- con salsa Mongolia, crema de parmesano en el centro, brotes de lenteja y sésamo, el plato que más me gustó; y torta de Inés Rosales con guacamole, carne a la boloñesa y affumicata (ahumada) con cebolla morada encurtida y sésamo, original y delicioso.
De postre, tarta de chocolate con helado de fresa y tarta de queso Pecorino con reducción de frutos rojos. Las dos van a mis listados de las mejores.
El servicio es muy amable y profesional en Ostinato, el restaurante italiano viajero de Fernando Ruiz.
C/ Príncipe de Vergara, 285 Teléfono 91 799 50 95 Mapa de situación.