Hace meses que me estoy “especializando” en ver casas y hacer reformas. Mis chicos, que buscan una casa para comprar, mis amigas, que quieren cambiar su casas… y como yo acabo de hacer obras, todos me piden consejo. Por si estáis pensando en hacer obras en vuestra casa y os puede ser de utilidad, aquí os dejo unos consejos para afrontar una reforma en Madrid. Una información diferente a la habitual, pero que puede ayudaros porque, si hay algo socialmente aceptado, es el hecho de que realizar una reforma del hogar es una de las experiencias más estresantes que existen. Después de todo, se trata de un proceso de cambios con miles de tareas que nos van a ocupar unas cuantas semanas (o meses) y que afectarán a nuestro oasis particular: nuestro hogar.

Como en otros temas, vivir en Madrid supone una ventaja, ya que aquí será fácil encontrar numerosas empresas de reformas entre las que elegir, pero también nos facilitará el acceso a otros servicios que serán de utilidad. No obstante, si queremos sobrevivir a la reforma de nuestro piso sin volvernos locos en el proceso, hay unos cuantos consejos que podemos seguir.

Un presupuesto realista, clave para que todo vaya bien

Si no pensamos en el dinero, es fácil soñar. Pero la realidad es que, a la hora de afrontar una reforma, siempre habrá imprevistos. Nunca se sabe lo que nos podemos  encontrar detrás de las paredes; por eso, cuando se planea hacer una reforma, es importante contar con un presupuesto que se ajuste a nuestras posibilidades y que dé margen a algunos gastos inesperados.

Hay que buscar una empresa que sea de confianza

No nos equivoquemos: una reforma costará mucho dinero. Por eso, a veces es fácil dejarse llevar por el miedo a gastar demasiado y escoger al que ofrece el precio más barato. Eso, por supuesto, es un error. Lo aconsejable es buscar una empresa que sea de confianza y que ofrezca garantías, aunque sea un poquito más cara. Si saben lo que hacen, el proceso será más rápido y habrá menos problemas, algo que agradeceremos al final. Además, evitaremos sorpresas en el apartado de inesperados.

Pensemos lo que haremos con nuestras cosas

Una reforma, por pequeña que sea, va a generar mucho polvo y escombros. Además, trabajadores en tu casa necesitará espacio para moverse y para dejar todo el material (sacos de cemento, azulejos, cables, etc.) y sus herramientas. Así, es posible que muchas de tus pertenencias, como tu ropa o incluso tus muebles, se conviertan en un estorbo y corran el riesgo de estropearse. Así, según el tamaño de la reforma, la mejor opción puede ser recurrir a un trastero. Por suerte, podemos encontrar numerosos almacenamiento en Madrid que nos ofrecen espacios adaptables a nuestras necesidades. Creo que es la mejor manera de proteger los muebles de cualquier golpe o rayadura y que al final de la obra volver a encontrarlos limpios.

¿Dónde viviremos mientras tanto?

Cualquier obra en casa se convierte en un caos, pero nuestra vida rara vez se detiene durante una reforma. Por eso, contar con un lugar donde descansar seguirá siendo vital. Si la reforma no es demasiado grande, tal vez podamos seguir en casa: lo aconsejable es habilitar una zona lo más alejada posible de la obra para hacer vida. Si estamos reformando la cocina, traslademos el microondas y la cafetera a otro lugar. No obstante, mantener un espacio limpio y privado será complicado. En ocasiones, no quedará más remedio que salir de casa y pasar algún tiempo (al menos los días más críticos) en casa de un familiar. Y si eso no es posible, Madrid cuenta con una interesante oferta de hoteles y hostales que nos sacarán de un apuro.