Para la cena del día de mi cumpleaños con mi hijo y mi sobrina reservé en Clos. Era una de mis asignaturas pendientes y me pareció un buen momento para conocerlo. ¿Por qué no un cumpleaños con estrella michelín?
Decoración
Clos ocupa un espacio bastante grande con cristaleras a la calle. Está decorado de manera sencilla y elegante, con suelos de madera clara y mesas con manteles blancos hasta el suelo. En una de los laterales se encuentran la cocina abierta a la sala y la bodega.
Cocina
La cocina, creativa mediterránea, basada en el respeto al producto, está en manos del chef Víctor Infantes. Recorren España buscando pequeños productores donde adquirir la mejor materia prima. También cuenta como una gran bodega en manos de Marcos Granda. Se puede tomar un menú degustación, comer a la carta o tomar los colósimos, una selección de sus platos más reconocidos, pero estos solo a mediodía.
Cenamos a la carta. Me decepcionó que mis chicos no pudieran tomar el menú porque yo tenga anisakis. Entiendo que, con carácter general, haya que tomarlo la mesa entera, pero en casos de enfermedad no me parece lógico hacer sentir mal al enfermo porque el resto de comensales no puedan disfrutar el menú de un estrella Michelín.
Nos pusieron de aperitivo consomé de pez mantequilla con crema de tomillo, a mi me cambiaron el pescado por pollo. Lo sirven en una taza de café y da la sensación de que es eso lo que estás tomando, un café con espuma, como si llevara leche. Nos encantó tanto el mío como el que tomaron los chicos.
El siguiente aperitivo fueron callos, rebouchón y yema de huevo. Ninguno hemos probado los callos, creo que por el nombre y la textura, pero si los callos saben como este plato, me tendré que animar a tomarlos porque estaba muy rico.
Al cenar a la carta hay que elegir un primero, un segundo y un postre. De primero pedimos carabineros, salsa de sus corazas y sus cabeza asada;
Molleja risolada, daikon con avellanas y dátiles de berza frita, y arroz con pichón.
De segundo, después de que los chicos dieran muchas vueltas, acabamos eligiendo los tres el solomillo de ternera, miel, mostaza y eucalipto con cebollitas francesas glaseadas. De postre probamos los dos que tienen el la carta. pedimos dos natillas madrileñas y uno de pera confitada, miel de amareto, mazapán y tarta de queso.
Después apareció el postre sorpresa por mi cumpleaños, una tarta de mazapán y chocolate rodeada de tarta de queso y acompañada con helado de albahaca. Me la entregaron firmada por todo el equipo del restaurante. para terminar nos pusieron el café con tres petit fours, uno de nube de limón, otro de praliné con avellana y una trufa.
C/ Raimundo Fernández Villaverde, 28 Teléfono 91 064 88 05 Mapa de situación.
No entiendo que lleves tantos años viviendo en Madrid y…nunca hayas probado los callos. Es como vivir en Murcia durante 10 años y no haber probado nunca una marinera.
Gracias Jose por tu comentario. No creo que los pruebe. Ni el nombre ni la imagen me atraen.
No obstante,en Madrid hay sitios especialistas en callos a la madrileña.
Si, y al parecer uno de los mejores es Casa Ciriaco. He acompañado a muchos amigos a tomarlos, pero yo he pedido otra cosa.
Asi mismo,te aconsejo probar el fiambre de callos de Lakasa,quizá sea más light para tí….
un saludo
Traincook.