La zona de Las Cortes me parece preciosa. Además, como Sus Señorías no se cuidan mal, no es raro encontrar buenos restaurantes. Uno de los últimos en llegar, hace a penas un mes, es Casa Mortero. Su filosofía es hacer que el comensal se sienta como en casa y esto, para las personas que tienen que comer fuera habitualmente, es muy agradable. Con este gancho estaba deseando ir a comer, en Casa Mortero, guisos y brasas junto a las Cortes. Fui a cenar con un amigo el sábado y nos encantó.
Decoración
El restaurante refleja la filosofía de Pedro Gallego, chef y dueño de Casa Mortero. A mi me encanta y he conocido casi todos los restaurante en los que ha estado involucrado: Triciclo; Las chicas, los chicos y los maniquís, Sinsombrero o Casa Lobo, entre otros. El espacio es sencillo, acogedor, incluso diría que relajante. En la decoración se han utilizado materiales naturales como el mármol, la cerámica y maderas claras. El tono azul de las sillas y las persianas es uno de mis favoritos para decoración. Al entrar se encuentra la barra y a continuación la sala.
Cocina
El chef Pedro Gallego elabora una cocina clásica, con las técnicas de siempre, a fuego lento, a la brasa. También preparan las conservas de modo tradicional: escabeches, salazones, encurtidos… La carta no es muy larga, pero apetece probarlo todo. Nosotros elegimos lo qué nos apetecía comer y después, me gusta siempre hacerlo, preguntamos si habíamos acertado con la elección. El servicio es muy amable y nos aconsejaron en cuanto al tamaño de las raciones, así que pedimos varias medias porque los platos son muy generosos y elegimos cosas contundentes. Empezamos por las croquetas cremosas de jamón ibérico -siempre las pido cuando voy a un restaurante donde Pedro es el chef- son deliciosas.
Después tomamos torreznos con patatas “meneás” y majado de pimentón, nos encantaron.
Continuamos con las mollejas de ternera, un plato que me gusta mucho. Las sirven con crema de maíz, col encurtida y jugo de membrillo. A mi amigo le gustan más las de cordero, porque son más sabrosas, pero a mi me pasa lo contrario, prefiero las de ternera que son más suaves.
Después pedimos el rabo de vaca con patatas fritas y jugo agridulce, media ración. Muy rico. Lo limpian y sirven en la mesa y estaba muy poco gelatinoso.
De postres no me pude resistir a su tarta de queso caramelizado con helado de frutos rojos, es espectacular. El servicio es muy amable.
C/ Zorrilla, 9 Teléfono 91 059 55 70 Mapa de situación.