El sábado pasado quedé a comer con unas amigas por La Latina y me llevaron a lo que creo que ha sido uno de los mejores descubrimientos de los últimos meses. Comer en los puestos del Mercado de la Cebada es un estupendo arranque para luego seguir de ruta por los bares y terrazas de La Latina, y más ahora que empieza el buen tiempo.
Los sábados a medio día los comerciantes de los distintos puestos rebajan considerablemente sus productos y lo preparan para poder comerlo en el momento. Además, enfrían bebidas en cubos de hielo para acompañar la comida. La gente, una vez ha decidido lo que quiere probar, se apoya a comer en alguna barra, en cajas o palés, o incluso va a sentarse en las escaleras de la entrada.
Nosotras (éramos tres) tomamos pulpo a la gallega, gildas, nécoras y un taco de atún en tartar marinado con limón y sésamo, que nos preparó en el acto una pescadera simpatiquisima. No salimos a más de 12 o 13 euros cada una, bebida incluida. Aunque claro, el precio depende mucho de lo que elijas, de los productos que queden ese día y de su precio en cada temporada.
Nosotras no nos movimos de las pescaderías, pero hay opciones también para los más carnívoros, y en la planta de arriba puedes probar quesos, tortilla… Incluso, nos informan desde la dirección del mercado, hay puestos que elaboran productos exclusivos para la degustación del sábado. En definitiva, cualquier cosa que se pueda comprar en un mercado.
Un poco de historia
El Mercado de la Cebada es una de las plazas de abastos más grandes y antiguas de Madrid. El edificio se inauguró el 11 de junio de 1875 por el rey Alfonso XII, aunque ya desde el siglo XVI, estaban instalados numerosos puestos al aire libre en el lugar que ahora ocupa el mercado. Hay que tener en cuenta que por la Puerta de Toledo entraban a Madrid muchos de los productos provenientes de otras provincias.
Plaza de la Cebada, s/n
Horario: sábados a medio día
Parking mercado de la Cebada
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Autora de este post: Mara Pidal Ladrón de Guevara