Actualizado el 17 de julio de 2020
Anoche fui a cenar a la terraza de Qüenco de Pepa, hacía tiempo que no iba, desde el último almuerzo de trabajo que organicé en el restaurantes y ayer me encantó, como siempre. He escrito un nuevo post sobre la terraza, lo tienes pinchando aquí.
Hace menos de un mes que Qüenco de Pepa ha reabierto sus puertas tras una temporada cerrado por reformas. Estaba deseando ir a ver cómo ha quedado y me gustó mucho, porque lo han renovado pero sin perder su esencia.
La decoración es muy similar a la que había; de hecho, al entrar parece el restaurante de siempre, pero enseguida te das cuenta de que ahora es mucho más luminoso y confortable. Se han subido los techos -lo que da mucha más sensación de amplitud-, cuenta con grandes ventanales a la calle y en la decoración se ha incorporado el cristal. Me encantaron también los diferentes rincones decorados con productos de la huerta de Pepa -sobre todo sus famosos tomates- y la integración que se ha hecho de las dos plantas a través de la bodega, que comienza en el piso superior y continúa en la misma pared del comedor principal. En el suelo y el mobiliario, maderas claras, mesas grandes con manteles blancos y las sillas de siempre completan la decoración de este nuevo espacio.
La cocina sigue siendo la misma, basada en la calidad de la materia prima. De raíces andaluzas, incorpora recetas de otros puntos de España. Tras la reforma se han incorporado nuevos platos. Cuando voy siempre suelo pedir tomates porque, como ya he contado en el post sobre los mejores tomates de Madrid, los de Pepa son mis favoritos. Hace muchos años que voy a El Qüenco de Pepa, así que he probado bastantes cosas. En mi primer post sobre este restaurante recomendaba su arroz con foie, uno de los platos que quien lo prueba siempre recuerda. El revuelto de setas, la tortilla de patatas con almejas, el pulpo, las albóndigas, las carnes rojas y los pescados, riquísima la merluza y cabe destacar las estupendas verduras de su huerta en Ávila, que ahora venden en Madrid. También he tomado en este restaurante, y me ha gustado mucho, la merluza. En mi última visita tomamos para compartir alcachofas, tomates con aceite y sal y tortillas de camarones y de segundo, tres personas compartieron el besugo y otras tres el lenguado y yo tomé el guiso de cardo y borraja con salsa blanca y trufa que estaba espectacular. De postre me encanta su dulce de leche y en mi última visita he descubierto una tarta de queso excelente.
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