Actualizado el 26 de abril de 2018
Esta semana tengo varias cosas que celebrar y una de las celebraciones ha sido en Amazónico, la selva de Jorge Juan. Desde que escribí el post esta es la tercera vez que he ido y me llama la atención que, casi dos años después, todavía sigue siendo muy difícil encontrar mesa, incluso entre semana.
El sábado fui a conocer el recién inaugurado Amazónico. Por suerte pude reservar para almorzar porque, apenas con un par de semanas de vida, ya es casi imposible encontrar mesa. Será el restaurante más demandado durante varios meses, seguro.
Amazónico es un bonito restaurante con aspecto de selva, ubicado donde estaba Pan de Lujo, en plena calle Jorge Juán. Es el cuarto proyecto del cocinero Sandro Silva y su mujer Marta Seco y si por algo se caracteriza este matrimonio es por saber mantener siempre sus restaurantes entre los más demandados de Madrid. Desde que inaugurarán El Paraguas hace doce años, no han parado de crecer. Primero inauguraron Ten con Ten y después Ultramarinos Quintín y uno y otro se encuentran año tras año en las listas de los restaurantes de moda de Madrid. Después de Amazónico, han inaugurado Numa Pompilio.
Con Amazónico se incorpora a la familia un restaurante de cocina más internacional, de fusión de recetas y platos de diferentes países.
La decoración, encargada al estudio de Lázaro Rosa Violán, te transporta a un lugar tropical, cálido y divertido. Las plantas verdes en los techos, las lámparas, la cristalera que da al patio e inunda el restaurante de luz… todo te lleva a un lugar ideal para el verano y de contraste absoluto en invierno.
El local está dividido en varios espacios. A la entrada está la barra de cócteles y unos pocos escalones te llevan a diferentes comedores. Nosotros almorzamos en el del fondo, el que da al patio, y nos encantó. El acceso a este comedor es a través de un pasillo con mesas altas en un lado y la cocina vista al otro. Al ojo del comensal quedan parrillas, horno tandori, espetos y unas piñas tropicales, asándose, que dan ganas de quedarse solo para probarlas. Al otro lado del pasillo hay otro comedor, decorado en los mismos tonos pero que resulta un poco más oscuro. En el sótano han instalado una sala de jazz.
La cocina es internacional de fusión y la mayoría de platos pueden compartirse, es el típico restaurante donde apetece probarlo todo. La carta se estructura en cinco partes más los postres. La primera dedicada a “Hojas y verduras frescas”, la segunda incluye “Petiscos amazónicos” y se pueden encontrar desde ancas de rana, a hummus o choricitos chilenos. A continuación se presentan platos de “Piqueo y salteado”: verduras y curry de langostinos, entre otos. En cuarto lugar está la sección “Del río a la mar” donde se incluyen algunos pescados al espeto malagueño y “Carnes” tanto nacionales como de diferentes orígenes: argentina, brasileña, japonesa y chilena.
Nosotros tomamos todo para compartir. De aperitivo nos pusieron crudités con tres salsas muy ricas y nosotros pedimos ensalada amazónica, rollitos de samosa y picanha. Nos gustó todo mucho. En las dos ocasiones que he vuelo he tomado picanha, porque me encanta como la hacen. Como entrantes en una ocasión pedimos ensalada y en mi última visita el wok de 25 verduras, nos gustó mucho.
El servicio que cuando se inauguró era un poco agobiante, ya no lo es. Eso ha mejorado mucho.
C/ Jorge Juan, 20 Teléfono 91 515 43 32 Mapa de situación
Amazonico me resultó agobiante. El servicio interrumpe continuamente la conversación. Es tan grande y hay tanta gente cenando a la vez q tanta actividad resulta estressante.
La comida está rica, pero unas cosas más q otras, por lo que resulta caro. El atún no vale nada por ejemplo. La decoración es bonita aunque muchas de las plantas son de plástico.
Hola Alicia, muchas gracias por darnos tu opinión, sin duda será muy útil para los lectores. Coincido contigo en que el servicio es un poco agobiante en ocasiones. Un cordial saludo
Bonita decoración, buena comida, pero,no acompaña el nivel de ruido, excesivo, y el poco espacio entre las mesas, además de treinta minutos de espera con reserva confirmada. Una comida se disfruta en ambiente relajado.
Gracias Rosa. Coincido en que el ruido es excesivo y en que las mesas están muy juntas. Sin embargo, me llama la atención que para lo cerca que están unas mesas de otras no se mezclan las conversaciones como en otros sitios, no sé si por la disposición. A mi me molesta mucho también cuando teniendo reserva me hacen esperar.